Vendrán días en los que reir,
esconderse bajo las sábanas,
desabrochar el cinturón
y abrir los brazos en la montaña.
Vendrán días en los que añores
tu casa, tu pueblo, tu gente,
el otro ser que fuiste un día
y del que algo sigue presente.
Vendrán días en los que estés ausente
y querré acurrucarte en mis brazos,
dejar que nos envuelva el silencio
y seguir amándote mientras tanto.
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