miércoles, 21 de abril de 2010

VOLVER A EMPEZAR

Hoy quise recuperarme y no existía. Parte de mí había desaparecido por el espacio cibernético y por mi espacio interior también. He perdido muchos sueños, muchas ilusiones, muchas lágrimas. Por suerte he decidido que no quiero perder más y que quiero volver a existir, aunque sea difícil rescatar lo inexistible, batallas peores se han ganado.
A veces te creas una realidad ficticia que hasta tú llegas a creértela en muchos momentos, pero por suerte yo no he perdido la conciencia y debo volver a poner los pies en el suelo.
Si algo me ha enseñado la vida es que es mejor estar sola que sentirte sola. Así que no quiero sentirme más sola, quiero estar sola, con la única parte de mí que queda por el mundo.
Esa parte de mí me hace ver lo que no quiero ver, y aunque es muy pequeña, para mí se ha convertido en lo más grande, en la mayor razón que tengo para vivir y volver a encontrarme.
Ella me conoce, ha estado muchos meses dentro de mi vientre y sabe, aunque no me vea llorar, que no estoy bien. Incluso ella me dice por qué no estoy bien y yo me lo he negado tantas veces…
Es cierto que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Y también que el final de las películas no puede ser siempre un final al gusto de toda la gente.
Por suerte el guión de nuestras vidas podemos escribirlo nosotras mismas, ya sabemos leer y escribir no como antiguamente. Pero aún así hay mucha gente que cree que es mejor que escriban nuestro guión por nosotras, no vaya a ser que nos equivoquemos.
¡Si equivocarse es algo innato del ser humano!
Pero da tanta rabia equivocarse, tanta rabia, que no se puede expresar con palabras.
Han dado lluvia para los próximos días, pero luego saldrá el sol.
Me gusta sonreír, besar, cantar, recibir abrazos y si no hay variaciones atmosféricas es difícil conseguir hacer las cosas que me gustan, aunque algunas de ellas no dependen sólo de mi.
Ya ves, no he pedido tanto. Nunca me he creído princesa aunque alguien me lo haya dicho alguna vez. Yo escribí de pequeña que de mayor quería ser payaso para hacer sonreír a la gente y ahora me cuesta hacerme sonreír a mí.
Tal vez ese ha sido mi problema y debo buscarle solución antes de que sea demasiado tarde. Doy mucho sin importar lo que queda de mí. Pero ya no más.
Empezaré una nueva etapa, con miedos y tristeza por momentos que quedarán atrás, pero con paso firme. Ya no soy una niña, ni quiero serlo.