Cuando deje este planeta no lloréis por mí, yo ya he derramado las lágrimas suficientes por vosotros. Eso sí, acordaros de mi sonrisa y mis ganas de haceros felices aunque descubrí que la única manera de ser feliz es encontrando paz dentro de una misma. Y es difícil, siempre hay fantasmas que aparecen una y otra vez y nos hacen sufrir días de Halloween. Hay monstruos que atormentan nuestras almas y a veces no basta con usar una cabeza de ajo o un hechizo mágico. Hay brujas que te echan el mal de ojo y gatos negros que no dejan ver que no todos los colores son oscuros. Y el miedo, que hay que aprender a transformarlo en oportunidades de renacer como el ave fénix… Recordarme porque hay días en los que estoy muerta pero os llevo en mi pensamiento. Y aunque todas las noches los zombies deambulen por las calles, no creáis que su intención es asustarnos, a veces no son más que seres sobreviviendo.
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