Mami, estás tan fría
y yo tan humana
no puedo entender
que sin querer irte te vayas.
Mami, estás tan presente
y a la vez tan lejana
que será muy difícil
seguir sin tu mirada.
Pero se muere el cuerpo
jamás el alma
y volará la tuya
hasta el borde de mi cama
ayudándome día a día
a luchar por el mañana.
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