No había tiempo para escribir, para cantar, para crear.
No había tiempo para llorar, para reir, para respirar.
Ni siquiera había tiempo para abrazar, sentir, besar.
Ese tiempo no vivido fue tiempo perdido.
Por suerte volverá el tiempo de vivir,
lo importante es no quedarse dormida,
disfrutar de cada brisa que te acaricia,
de cada aliento, de cada ilusión, de cada sonrisa...
Vivir.